Vuela, corre, viaja, cambia de mundo paralelo.
En mis sueños: aún te veo correr, y sonreír a la entrada de mi puerta
Aún te veo desesperar como solías, aún te veo dormir, sí, aún te veo en mí.
Aún te veo arrastrar tus harapos de la vida sobre tu suelo al refrescarte de este mundo.
En mis sueños,
Las realidades no dejan de ser ciertas, no estás junto a mí,
Pero al menos escucho tu voz, veo tu carita y sonrío como sonríe un ser vivo al beber
Del árbol de la Vida, al final: mi vida.
Y en los sueños únicamente
Sonrío como solía…con tanta dulzura y devoción,
Devoción que jamás volveré a tener, devoción que sólo tenía al ver las estrellas.
Ya no soy yo y ahora soy éste despojo de alma que dejaste.
Es impresionante, ver tanto odio en un ser que divinamente fue puesto en mi altar y en su altar.
Sí me equivoqué, me equivoqué de cuerpo,
debí ser ángel,
y aún advirtiendo a los arbustos,
Dejaste este corazón en medio de un ciclón de abandonos y porqués.
Mi espera en aquella esquina fue nefasta.
Mi sendero iluminado se oscureció con la costumbre de segundos puestos.
Mi amor tuvo límite: mi amor por mí.
En nuestros sueños, todavía existen personajes que hemos perdido en el camino,
Todavía se levantan a recoger: nuestros sueños de la cama,
Aún caminan para traer nuestras peticiones más fervientes,
Esos seres se reúnen junto a mí cada noche, en cada pesadilla, en cada llanto
Lo hubiesen hecho al verme así, al verte así, al vernos así.
En mis sueños todavía existen los cheques en blanco, los árboles con raíces fuertes, sí.
Más ya no son la luz que alumbran mis pasos.
Ya no están dentro del castillo de escuderos
Que con afán intentaban cuidarse del mundo.
Me volví débil, me volví hueco, dejé de creer.
Mi silencio, mi estadía, mi llanto, oh sí, aún lloro.
Es por mí, por lo que ya no tengo dentro, por lo que ya no brindo, por lo que ya no vivo.
Me busco cada día y trato de no perder mi último cordón hacia lo divino,
Lo innato, y no lo impositivo.
Confundirás el sabor de logro con mi olvido y con su ausencia,
Porque en el fondo sabes que tu brújula fue grande y detrás de tus sueños lo verás…
Sí, nos verás, porque si tenía: era la capacidad de saber quiénes éramos reales y quiénes no.
Haciéndote Dios, proveíste castigo a quienes a tu verdad, solo fueron mentiras…
Haciéndote Rey, castigaste a un pueblo que sólo quería agradarte,
Quíenes eran? Que con esas tierras lejanas devastadas, aconsejaban los huertos frondosos de tu jardín.
Oh sí, es cierto tengo lo que realmente quería,
Me tocó ser Rey, me tocó ser amo, me tocó un pueblo que me mira con miraba yo mis estrellas, los atros, las galaxias, los cometas.
Como amaba yo a mi árbol, como amaba yo a mi zorro, a mi luna, a mis manos.
Un pueblo que se sienta en el regazo de la tierra a observar y admirar mis pasos,
Uno que cree! Aunque vea mis edificaciones tambalear.
No uno que espera perfección, no la tengo, nunca la tuve,
Pero al final de mis días veré que humanamente intenté serle fiel a la luna,
Al unir continentes, al demostrarte vida en esta tierra llena de muerte.
No, no, no.
¡Fue exactamente como lo predije!
Era de tus hojas, era tu atardecer, era de tus ojos de quien lo suplicaba.
Oh mi Rey, cómo adoraba el paisaje de tu reino, cómo idolatraba tus pies.
¿Cómo llego a ponerte en mi altar?
No puedo evitar sentir nostalgia, nostalgia de tanto que soportó mi tierra
Para al final terminar en sequía.
Sueño...
Sueño que algún día subas al mismo puente en aquel río,
Y desees exactamente lo mismo, no siendo yo, no siendo tú,
Siendo la nueva memoria Infinita,
En donde, sin querer nos encontremos en el Universo Infinito,
Infinito olor, infinito sol, infinito mundo.
Tú me hiciste crecer…
Tus frases siento tu, aún acompañan el horizonte
Aún revuelan en mis cielos, aún escucho,
Aún escucho, aún…escucho tu voz.
Tu voz….